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martes, 15 de febrero de 2011

JAMES FRANCO Y 127 HORAS


127 Horas es una de aquellas películas que suelen convertirse en telefilms. Pero cuando Boyle se enteró de la espectacular historia de supervivencia de Aaron, le faltaron piernas para correr y plasmar el sufrimiento de dicho aventurero en la pantalla. Y ya no tuvo nada de telefilm. Se convirtió en toda una película digna de ver y difícil de olvidar. Y para ello eligió a James Franco, que se consolida como uno de los grandes de cara a la industria (yo hace tiempo que lo tengo en un pedestal), el que convivió con Aaron un tiempo para entender lo que él sentia y preparar el papel. Y el resultado es soberbio.


90 minutos de metraje. 90 minutos para enamorarnos de un personaje, que se pasan volando pese a no cambiar el decorado en todo el film prácticamente. James Franco plasma perfectamente el sufrimiento y la evolución que paso el aventurero, de forma dura y penetrante, y lo único que diré es que es una de las imprescindibles de este año, y que ha sido injustamente infravalorada.



LA TRAYECTORIA DE JAMES FRANCO

Empezó con la grandiosa serie Freaks and Geeks donde estuvo genial (la serie era muy buena), continuo con una película palomitera, Cueste lo que cueste, y dejó al personal con la boca abierta con una de sus mejores películas:  James Dean, una vida inventada. Que le valió un Globo de oro como mejor actor en un telefilm. Lo cierto es que su interpretación de James Dean es brutal, tanto el parecido físico que logra como el comportamiento que muestra en pantalla.



El año siguiente se metería en la saga de Spiderman y rodaría otra película espléndida, Sonny, donde hace de un ex gigolo que tras volver del servicio militar intenta reacer su vida sin volver a su antiguo oficio, pese a las presiones de su posesiva y egoista madre. Si bien dicha interpretación paso sin pena ni gloria para muchos, este blogero considera que es digna de mención. Ese año rodó Condenado, donde trabajo con Deniro.



En 2005, con Annapolis forjó otra de sus buenas interpretaciones, y dirigió su primera película, una palomitera que paso inadvertida para muchos, me incluyo. En 2006 rodó dos magistrales actuaciones, la historia épica Tristán e Isolda, y la bélica de la escudería Lafayette Flyboys, ambas dignas de ver y recordar.



Ha dirigido otra película, independiente y que no está mal (Good Time Max), y como secundario ha estado en varias producciones de gran calibre: En el Valle de Elah, Milk, Come reza y ama. 127 horas, como he dicho, ha sido la demostración de su valía interpretativa, y pronto lo veremos junto a mi enamorada Natalie Portman en un cuento medieval, y en una precuela del plante de los simios (Rise of the Apes)!!!!

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